Madurez

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“En este propósito nos esforzamos por proveer a nuestros miembros de las herramientas para madurar en Dios, adquirir conocimiento de la Palabra y educarse con la meta poder compartir con los demás lo que ha aprendido.”

Semillas

Contamos con cursos especialmente diseñados para conocer la visión de nuestra Iglesia llevando a los alumnos a través de un viaje en la Palabra de Dios de acuerdo al nivel de crecimiento, comenzando por la semilla “0” hasta llegar a la semilla “6”. Cada una de las cuales nos enseña lo que la Palabra de Dios dice respecto a los propósitos y cómo desarrollarlos en nuestra vida.

Tiempo con Dios

Estamos realizando un devocional diario, con porciones de la Escritura para cada día, esto es una herramienta poderosa para desarrollar un hábito de búsqueda de Dios a través de la oración y la Palabra, los resultados de practicar esta disciplina son evidentes, cuando oramos y meditamos en Dios, comenzamos a crecer y nos parecemos más a él.

Seminario para Matrimonios

Invitamos a cada pareja de nuestra iglesia a participar de un programa de orientación y consejería que tiene como fin ayudar y fortalecer la unión del matrimonio asimismo prepararlos en áreas importantes como la administración financiera, la superación personal y poner las bases para futuros padres.

Seminarios para la Familia

La Palabra de Dios posee instrucciones y principios que se aplican a todas las etapas de la vida, tanto cuando somos hijos, como cuando ya somos padres y abuelos. Celebramos seminarios y conferencias que buscan fortalecer la familia como institución, ya que es la base de la sociedad y de la Iglesia.

“Jesús le dijo a Nicodemo que para entrar en el reino de los cielos era necesario nacer de nuevo, y si es necesario nacer, también es necesario crecer y desarrollarse.”

Pastor Arturo Vázquez

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Nuestros Valores

Conoce más de nuestros valores

Las Escrituras, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, son verbalmente inspiradas por Dios y son la revelación de Dios para el hombre, la regla infalible y autoritaria de fe y conducta (2 Timoteo 3:15-17; 1 Tesalonicenses 2:13; 2 Pedro 1:21).

El único Dios verdadero se ha revelado como el eterno existente en sí mismo “YO SOY”, el Creador del cielo y de la tierra y Redentor de la humanidad. Se ha revelado también encarnando los principios de relación y asociación como el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo (Deuteronomio 6:4; Isaías 43:10,11; Mateo 28:19; Lucas 3:22).

La única esperanza de redención para el hombre es a través de la sangre derramada de Jesucristo, el Hijo de Dios.
(a) Condiciones para la salvación. La salvación se recibe a través del arrepentimiento para con Dios y la fe en el Señor Jesucristo. El hombre se convierte en hijo y heredero de Dios según la esperanza de vida eterna por el lavamiento de la regeneración, la renovación del Espíritu Santo y la justificación por la gracia a través de la fe (Lucas 24:47; Juan 3:3; Romanos 10:13–15; Efesios 2:8; Tito 2:11; 3:5–7).
(b) Evidencias de la salvación. La evidencia interna de la salvación es el testimonio directo del Espíritu (Romanos 8:16). La evidencia externa ante todos los hombres es una vida de justicia y verdadera santidad (Efesios 4:24; Tito 2:12).

La Iglesia es el cuerpo de Cristo, la morada de Dios por el Espíritu Santo, con el encargo divino de llevar a cabo su gran comisión. Todo creyente, nacido del Espíritu Santo, es parte integral de la asamblea general e iglesia de los primogénitos, que están inscritos en los cielos (Efesios 1:22, 23; 2:22; Hebreos 12:23).
Siendo que el propósito de Dios en relación con el hombre es buscar y salvar lo que se había perdido, ser adorado por el ser humano y edificar un cuerpo de creyentes a la imagen de su Hijo, la principal razón de ser de las Asambleas de Dios como parte de la Iglesia es:
(a) Ser una agencia de Dios para la evangelización del mundo (Hechos 1:8; Mateo 28:19, 20; Marcos 16:15, 16).
(b) Ser un cuerpo corporativo en el que el hombre pueda adorar a Dios (1 Corintios 12:13).
(c) Ser un canal para el propósito de Dios de edificar a un cuerpo de santos siendo perfeccionados a la imagen de su Hijo (Efesios 4:11–16; 1 Corintios 12:28; 14:12).
Las Asambleas de Dios existe expresamente para dar continuo énfasis a esta razón de ser según el modelo apostólico del Nuevo Testamento enseñando a los creyentes y alentándolos a que sean bautizados en el Espíritu Santo. Esta experiencia:
a. Los capacita para evangelizar en el poder del Espíritu con señales y milagros (Marcos 16:15–20; Hechos 4:29–31; Hebreos 2:3, 4).
b. Agrega una dimensión necesaria a la adoración y a la relación con Dios (1 Corintios 2:10–16; 1 Corintios 12–14)
c. Los capacita para responder a la plena manifestación del Espíritu Santo en la expresión de frutos, dones y ministerios como en los tiempos del Nuevo Testamento para la edificación del cuerpo de Cristo (Gálatas 5:22–26; 1 Corintios 14:12; Efesios 4:11, 12; 1 Corintios 12:28; Colosenses 1:29).

 

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